por Fabián Retamar
Varios días antes de conocerse la sentencia contra la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, en el Instituto Patria estaban en estado de alerta porque estaban convencidos de que la Corte fallaría contra Cristina en la causa Vialidad. La propia ex Presidente y su entorno sabían de antemano que su detención sería inminente y ella lo blanqueó en Paso de los Libres: “Piden que me metan presa, dicen que estoy acabada, entonces ¿por qué no me dejan competir y me derrotan?”, dijo en el acto al que llegó para apoyar la candidatura a gobernador de Corrientes de Martín Ascúa.
Y apeló a la historia del peronismo y profetizó sobre el futuro: “Nos han bombardeado, fusilado, torturado, desaparecido, me gatillaron en la cara, pero no van a poder evitar que vuelva el pueblo”, aseguró la ex primer mandataria.
“Hace una semana anuncié que iba a ser candidata en la Tercera sección electoral de la Provincia y empezaron con ‘cómo va a ir’. Cada uno tiene que estar en el lugar que más sirve. Salió el anuncio y se desataron los demonios. Salieron de todos lados a pedir que me metan presa”, afirmó en ese acto en la provincia de Corrientes.
En el PJ estaban convencidos de que la Suprema Corte fallaría en contra. Y esta sospecha se acrecentó el viernes 6 de junio, cuando trascendió que el juez del Tribunal Oral Federal 2, Jorge Gorini -el juez de ejecución de la condena contra Cristina Kirchner- visitó la Alcaidía de Cavia, donde suelen alojarse temporariamente presos del alto perfil político, para comprobar el estado de las instalaciones.
Por otro lado, el 8 de junio, el Grupo de Puebla había activado una campaña internacional para defender a la ex presidente ante el posible fallo en su contra. Además este foro político y académico acompañaría a la ex presidente en su reclamo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Y el día llegó, este martes 10 de junio, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme la condena contra Cristina Kirchner por la causa Vialidad, ratificando una pena de 6 años de prisión por corrupción y la inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos.
A pesar de ser citada a presentarse dentro de los cinco días hábiles desde que fue notificada de la sentencia para ser detenida, Cristina, según explicó su defensa, espera una respuesta del tribunal sobre el pedido de prisión domiciliaria antes del vencimiento de dicho plazo. Además, la ex presidente confirmó que llevará la causa a un tribunal internacional.
Ahora -al quedar firme la condena contra Cristina, y dado que no podrá ser candidata en las próximas elecciones y queda inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos- surgen varias preguntas. ¿el Pj se unirá a pesar de sus diferencias o se romperá en mil pedazos?; ¿El respaldo a Cristina será en las calles o en posteos por redes sociales?; ¿Quién será el candidato/a por la populosa y peronista Tercera Sección? ¿El Pj se presentará a elecciones o llevarán adelante la idea de Juan Grabois de pensar colectivamente en el interior del partido si conviene o no ser parte de la oferta electoral?
Esto no ha terminado aún y las respuestas a estas o tantas otras preguntas empezarán a mostrarse en muy pocos días.