Al día siguiente de la estrepitosa derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el vocero presidencial anunció a través de X que el Gobierno nacional decidió conformar una mesa política nacional presidida por el propio presidente de la nación Javier Milei quien estará acompañado por su hermana Karina, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y el propio Adorni.
De esta manera, queda claro que no habrá, al menos por ahora, cambios en el gabinete ya que uno de los apuntados para ser desplazado, Martín Menem, seguirá en su lugar y conformará esta mesa política que intentará retomar el diálogo con los gobernadores.
La medida comunicada por Adorni, fue anunciada poco después de las durísimas declaraciones Gustavo Saenz, gobernador de Salta, quien aseguró que el gobierno no cumplió su promesa para con su provincia y pidió «lealtad de ida y vuelta».
Saenz no es el único gobernador crítico del gobierno, de hecho el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, apenas hecho el anuncio de la creación de la Mesa Política y el llamado a los gobernadores, publicó en sus redes sociales un duro mensaje: “La gente viene hablando fuerte y claro. El gobierno sigue sin escuchar, paralizado”. y continuó “Hay que dejar atrás el pasado, lleno de fracasos y frustraciones. Enfrentar ya los graves problemas del presente, porque en las casas de nuestra gente todo apremia. Y plantarse de cara al futuro, proponiendo una nueva alternativa. Una mejor opción para todos los argentinos”.
En el final del posteo, Pullaro termina por despegarse del Gobierno: “Desde Provincias Unidas sabemos cómo. Con producción, con trabajo, con sentido común, con coraje, con gobernabilidad. Con paz, seguridad, orden y desarrollo para los 47 millones de compatriotas”.
El mensaje de Pullaro no solo refleja el malestar entre los mandatarios provinciales no peronistas, sino que parece ser una respuesta tácita al llamado al diálogo por parte del gobierno.
Por lo visto, aunque con la conformación de esta mesa política el gobierno busca ordenar el frente interno del oficialismo, y al mismo tiempo reconstruir vínculos con las provincias, nada garantiza que sea posible lograr esos objetivos.
Y es que las demandas de las provincias podrían ser ahora demasiado altas; tanto como para poner en riesgo los pocos logros del gobierno, es decir el equilibrio fiscal y la baja de la inflación… un dilema que tiene poco tiempo por delante para ser resuelto.
Para algunos allegados al gobierno, el presidente solo tiene 72 horas para hacer los cambios que sean necesarios antes que el mercado reaccione refugiándose en el dólar y haciendo subir su precio. Para colmo de males en los próximos días hay vencimientos de deuda por montos similares a los dólares que le quedan al Tesoro.