por Fabián Retamar
Tras la reunión de Alberto Fernández con los gobernadores para implementar en todo el país las restricciones de circulación nocturna, que en principio sería entre las 23 y las 5 horas, el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti aseguró que no se plegará a la medida y mantendrá el horario extendido para bares y restaurantes hasta la 1:00 de la madrugada y para comercios hasta las 23 horas.
“Al Gobierno provincial no le va a temblar el pulso y vamos a invertir todo lo que haga falta para cuidar la salud de los cordobeses”, aseguró al anunciar $450 millones adicionales de gasto público en la lucha contra el covid y 495 camas adicionales en hospitales para la atención de los contagiados.
Rodríguez Larreta en Ciudad de Buenos Aires tampoco se alineará con las medidas de restricción, y tratará de “recuperar la responsabilidad social y cívica que supimos tener” en los primeros meses del aislamiento por la pandemia. En principio, en la Ciudad no creen en la necesidad de restringir la circulación y, además, afirman que la ocupación del sistema sanitario sigue siendo estable.
En Santa Fe, el gobernador Omar Perotti planteó que “la idea es no prohibir nada. Lo que haremos es aumentar los mecanismos de control y el llamado al convencimiento y a la toma de conciencia”.
De hecho el sector de bares y restaurantes ya quedó a la expectativa de la decisión final y en caso de verse nuevamente afectados anunciaron que implementarán diferentes protestas. Muchos de ellos saben que no podrían resistir otro período de restricciones ya que tuvieron que invertir cuantiosas sumas de dinero para adecuarse a los protocolos y reducir su capacidad de atención.
De hecho, Perotti fue el que en la reunión de gobernadores le planteó al presidente Fernández “tratar de tener medidas conjuntas, reservando para cada una de las provincias la posibilidad de adecuarse a su particularidad. Cada uno en su provincia tiene regiones con muchos casos, con casos crecientes, y algunas que no, entonces que no queden englobados todos en una misma medida”.
El gobierno nacional sostiene que el objetivo de la restricción es bajar el número de contagios diarios y establecer un mensaje uniforme de que, debido al relajamiento social, la situación es “preocupante”. Sin embargo desde ciertos sectores sociales -hartos de cuarentena, controles y restricciones- plantean que el gobierno tiene su cuota de responsabilidad desde que permitió el desmadre social tras la muerte de Diego Maradona, o por hacer “la vista gorda” en las ventas de La Salada y otros puntos de gran circulación en donde no se respeta el distanciamiento social, igual que ocurrió en la concentración de verdes y celestes en la previa de la sesión del Senado cuando se trató la ley de IVE.
En Santa Fe, Perotti quedó a la espera del decreto presidencial, para luego definir “a partir de qué fechas, hasta qué fechas se está planteando (la restricción a la circulación) y en base a eso poner una fecha de inicio y de fin en la provincia”.
El gobernador expresó que “la idea no es restringir actividades, creo que todos en cada una de las actividades de las que sean, de los rubros que sean, han aplicado protocolos, saben cómo cuidar y demás, lo que queremos con esto es garantizar, como lo hicimos desde el primer día, que las actividades esenciales, que todos los proveedores, que todo el esquema industrial pueda estar trabajando plenamente. Y eso lo vamos a sostener”.
