Día internacional del trabajo. Algunos datos de la historia.

Día internacional del trabajo. Algunos datos de la historia.

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por Fabián Retamar

A finales del siglo XIX, cuando la jornada laboral aún era de 16 horas, el reclamo de la clase trabajadora basado en las ideas reformistas del teórico socialista galés Robert Owen que postiulaban “8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de recreación”, se hacía escuchar cada vez con mayor fuerza.

Fue entonces que el 1º de mayo de 1886, en Haymarket Square, Chicago, los obreros comenzaron una serie de manifestaciones multitudinarias que culminaron el 4 de ese mes, cuando ante la represión policial que intentaba dispersar a los manifestates, un artefacto explosivo fue arrojado y detonado contra la policía dando muerte a uno de los agentes.

Por el hecho fueron responsabilizados ocho trabajadores, luego nombrados como “los mártires de Chicago”, quienes fueron condenados a prisión y a la horca: Samuel Fielden (inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil, condenado a cadena perpetua); Oscar Neebe (estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a quince años de trabajos forzados); Michael Schwab (alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena perpetua); George Engel (alemán, 50 años, tipógrafo, condenado a la pena de muerte); Adolph Fischer (alemán, 30 años, periodista, condenado a la pena de muerte); Albert Parsons (estadounidense, 39 años, periodista, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente); August Vincent Theodore Spies (alemán, 31 años, periodista); Louis Lingg (alemán, 22 años, carpintero), para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda.

El 26 de junio de 1893, el gobernador de Illinois, John Peter Altgeld, indultó a los tres condenados que no habían sido ejecutados: Samuel Fielden, Oscar Neebe y Michel Schwab.​ El gobernador Altgeld calificó las condenas y las ejecuciones como el resultado de la “histeria, jurados empaquetados y un juez parcial”, haciendo notar que la acusación fiscal “nunca descubrió quién había tirado la bomba que mató al policía y la evidencia no muestra ninguna conexión entre los acusados y el hombre que la tiró”. Altgeld también culpó al gobierno de la ciudad de Chicago por permitir que la agencia de seguridad Pinkerton utilizara sistemáticamente armas de fuego para reprimir las huelgas.

Unos años después, más precisamente en 1889, en París, durante un congreso de la Segunda Internacional (asociación de partidos socialistas, laboristas y anarquistas de todo el mundo), se estableció el 1º de Mayo como Día del Trabajador para conmemorar a los Mártires de Chicago.

En Argentina, la primera conmemoración tuvo lugar el 1º de mayo de 1890 y fue el único país de América Latina donde la clase trabajadora participó masivamente en los actos. En los años siguientes los socialistas y anarquistas empezaron a hacer actos del 1° de Mayo por separado debido a diferencias políticas y estratégicas, sin embargo, las manifestaciones crecieron llegando a movilizar a decenas y hasta cientos de miles de personas.

En el año 1909, el 1° de mayo en el país se tiñó de sangre. En los actos realizados en la plaza porteña Lorea, hubo catorce muertos y ochenta heridos luego que la policía atacara un mitin anarquista. Los actos, enfrentamientos y huelgas posteriores se congregaron en la “huelga general de la semana de mayo”, nombre con el que pasó a la historia.

En 1925, durante la Presidencia del radical Marcelo Torcuato de Alvear, el Gobierno declaró por decreto “día de fiesta” al Día de los Trabajadores, como acto administrativo que concedió asueto sólo a los trabajadores estatales. Diecinueve años después, en 1944, durante la gestión de Edelmiro Farrell y con Juan Domingo Perón como secretario de Trabajo y Previsión, la fecha pasó a denominarse “Día del Trabajo” y adoptó carácter oficial de feriado.


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