Orígenes y tribulaciones del Río de la Plata

Orígenes y tribulaciones del Río de la Plata

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por Eduardo Ernesto Garay

Desde el inicio de la época colonial se fue estructurando nuestra conformación económica. En una época era Potosí con sus minas de oro y plata el centro económico de Sudamérica. Toda la zona sudamericana estaba dedicada a la logística de las minas, la cría de ganado de carga, como mulas y caballos, las carretas, los alimentos, ropas y materiales diversos para la explotación de las minas de plata y oro.

Potosí fue considerada como capital del mundo por los españoles ya que la industrialización de las monedas de plata circulaban por todo el planeta, aún hoy se consiguen en China monedas de Potosí, ya que el comercio chino las consideraba de la mejor pureza de plata. Lo que es hoy el noroeste argentino se desarrolló una industria manufacturera. Tucumán, Córdoba, Santa Fe, fueron centros económicos importantes en la primera etapa de la colonización europea que abastecía de mercancías al norte del virreinato del Perú. Pero ese desarrollo del temprano capitalismo manufacturero desde el norte hacia el sur fue interrumpido con la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776.

Los constantes robos de la piratería inglesa en el caribe por donde salían los navíos españoles, que salían de Lima e iban a Centroamérica para luego cruzar al atlántico, hicieron que Buenos Aires sea elegido como una nueva sede virreinal Y también dada la importancia de la navegación marítima entre el océano Pacifico y el Atlántico por el sur en lo que es hoy Ushuaia siendo Buenos Aires el último puerto en tocar las naves, el reino español, para tener un control sobre ellos, crea la capitanía general allí. La Real Cédula le da al Cabildo de Buenos Aires el monopolio del comercio. Buenos Aires pasa así a ser el centro político y económico del nuevo virreinato. Desde esa decisión política del Reino Español, la exportación y la importación de mercancías desde y hacia Europa, ahora debía pasar por el puerto y aduana de Buenos Aires.

Las otrora ciudades pujantes del interior empezaron a languidecer. Con el tiempo, el monopolio del comercio internacional en Buenos Aires fue intensificando esa decadencia económica ya que la fabricación en el interior de mercancías para las minas de potosí no le convenía a los funcionarios y comerciantes que preferían cobrar derechos de importación de mercancías hechas en Europa y de exportación de materias primas.

Esta matriz económica es la que aún se mantiene hasta hoy de manera ampliada. Lo vemos con quienes plantean el libre mercado para importar mercancías baratas y denigrar la producción nacional que estructura el mercado interno son voceros de la oligarquía porteña. Ligados con los beneficios de los impuestos de la importación en detrimento de la producción nacional y por la exportación de materias primas al mercado mundial, carnes y cereales.

Esta clase social viene dominando la economía argentina y junto a las clases rurales, que viven de la ganadería sobre todo, forman esa alianza de poder que controla la economía argentina. Mientras que las mercancías producidas en el país va en detrimento de sus intereses comerciales ligados con el exterior. Se estructuro orgánicamente ahora a los financistas con sus créditos internacionales y activos financieros para la inversión capitalista globalizada que alimentan la deuda externa.

La Argentina se encuentra en esa disyuntiva de siempre: o se desarrolla el mercado interno con la producción social y su distribución equilibrada, o se sigue en el apéndice del mercado mundial vendiendo materias primas sin elaborar y viviendo de préstamos para el consumo interno nacional. En esa estamos. No es de hace unas décadas que venimos dando tumbos los argentinos, sino desde hace dos siglos y medio bastantes largos.


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