por Fabián Retamar
No hace mucho tiempo atrás la Granja «El Tinu», de calle Ituzaingo entre Curupaití y Vicente López, en el barrio San Miguel de Baigorria, había sido víctima de un hecho de robo que, como en todos estos casos, además de debilitar aún más la endeble situación financiera por la que atraviesan los comercios, deja una sensación de impotencia y temor en sus propietarios.
Y en la tarde de hoy, hace apenas unos minutos, dos rateros de poca monta, de los tantos que asolan la ciudad, robaron en la granja justo en el momento en que una clienta estaba adentro y a quien uno de ellos le sustrajo el dinero que tenía mientras el otro, que portaba un arma de fuego, se dirigió a la caja registradora de la que extrajo el dinero del día. Luego escaparon en el automóvil de la clienta, patente PBQ 607.
Un hecho más que forma parte del “normal” paisaje de noticias que ya no sorprenden, ni llaman la atención y ni siquiera parece preocupar demasiado a la policía ni a las autoridades municipales -ni del ejecutivo ni del concejo- que no logran idear un plan para frenar esta ola delictiva que no para de crecer.