por Fabián Retamar
Todas las encuestadoras daban por sentado que el escenario más probable -tal como sucedió- era el del ballotage entre el actual ministro de economía Sergio Massa y el libertario Javier Milei. Sin embargo muy pocos daban a Massa ganador y menos aún con una diferencia de 6 puntos. La única que se acercó a ese resultado fue la brasileña Atlas Intel que predijo un resultado similar al de ayer. Otra encuestadora, CB Consultora y Proyección, pronosticó la victoria de Massa pero por menos diferencia.
El caso es que Sergio Massa obtuvo el 36,68% de los votos; Javier Milei el 29,98%, Patricia Bullrich 23,83%; Juan Schiaretti el 6,78% y Myriam Bregman el 2,70%. Como se vé, entre los los tres candidatos que quedan fuera de la segunda vuelta, hay más de un 30% de votantes que deberán decidir entre dos modelos totalmente antagónicos.
El próximo domingo 19 de noviembre habrá que concurrir nuevamente a las urnas para determinar quien será el nuevo presidente de la nación. Y a pesar del resultado, quién parece tenerla más complicada es el actual ministro de economía que deberá pilotear la situación económica y social que atraviesa el país.
Ya hay guiños y centros tirados de un lado y de otro. Massa habló del fin de la grieta y un gobierno de unidad nacional, algo que fue bien recibido por referentes nacionales del la UCR. Pero, Bullrich -al reconocer la derrota- dijo “Nunca vamos a ser cómplices del populismo en la Argentina y nunca vamos a ser cómplices de las mafias que destruyeron este país”, una frase que deja entrever su apoyo a Milei.
En este contexto las palabras de Bullrich dejan en claro la tensión y la posibilidad de ruptura que enfrenta Juntos por el Cambio. Pero además también queda claro el dilema al que se enfrenta el votante. El que votó a Massa o Milei, seguramente repetirá su voto, pero ¿qué hará el resto; a quién votará?
Sergio Massa tendrá que sacar algún conejo de la galera para seducir al votante porque ya jugó muchas fichas para obtener este resultado, entre ellos el de la eliminación del impuesto a las ganancias, algo que -aún siendo una medida electoralista- beneficia al trabajador y es bueno por donde se lo mire.
Y Javier Milei, sin lugar a dudas un emergente del fracaso de las políticas públicas implementadas durante décadas, que en su interpretación de la libertad ha dicho barbaridades antes y durante la campaña política, podría redefinir su estrategia de cara al 19 de noviembre y retener un alto porcentaje de votos.
Hay que decir, que esta vez las encuestadoras acertaron la predicción de una segunda vuelta entre Massa y Milei. Y hay que decir también que todas, incluida Atlas Intel, dan ganador a Milei en el Ballotage. Pero lo que enfrenta el país, más allá de quien sea el presidente, es un futuro complejo, con alguna expectativa por lo que implica el litio y Vaca Muerta, pero con una realidad que muestra altísimos indices de pobreza, una deuda externa asfixiante, malas condiciones para la radicación de empresas y un estado calamitoso y colapsado de los sistemas públicos. Queda menos de un mes para saber cual será la voluntad popular.
