por Fabián Retamar
A menudo, quizá en mayor medida por la falta de inversión estatal, se suele criticar duramente el estado general de los efectores públicos de salud, la atención que en ellos se dispensa, lo que se tarda en conseguir un turno para algunas especialidades, etc.
Y esto se potencia en los nosocomios ubicados en grandes urbes o en ciudades cercanas, como el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, que recibe pacientes de muchísimas localidades cercanas. Sin embargo, el caso de la familia konderak refuta las críticas con un enorme agradecimiento.
El Sábado 4 de diciembre Ernesto konderak ingresó por Guardia al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, con convulsiones y sin reacción de ningún tipo. La rápida acción de los médicos y el personal de enfermería logró estabilizarlo, y calmar la desesperación de la familia que, como es lógico en estos casos, estaba inmersa en la incertidumbre y la angustia.
Al día siguiente de su ingreso, el domingo 5, ya estable y controlado, el paciente fue trasladado a una sala común. Aún hoy, se encuentra internado y a la espera del Alta Médica, pero la familia, a través de su hermana Mariel, no tienen más que palabras de agradecimiento para todo el personal de salud que se ocupó y preocupó por Ernesto.
“Queremos agradecer mucho a estás hermosas, valientes y bellas personas… sus pasillos dicen muchas cosas: dedicación, limpieza -brillan sus pisos- y lo mejor de la sala clínica del primer piso: la gran devoción de los médicos, kinesiólogos y enfermeros y enfermeras y sus mucamas que hacen mejores los momentos frente a los personas enfermas gracias… por tanto tiempo de trabajo en equipo. Gracias Hospital Eva Perón”.