Agrietados

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por Marcelo Sicoff

Nuestra ciudad está convulsionada. Nadie está al margen, todos opinan. Hay comerciantes que se quejan por la incertidumbre en la que se convirtió su vida, personas que se molestan por la actitud de los comerciantes, trabajadores de la salud que se angustian porque ven que el presente y el futuro es sombrío y parece que no los escuchan, vecinos que se molestan por los comerciantes y por los trabajadores de la salud, funcionarios ausentes y algunos vivillos tratando de aparecer en las fotos, personas que se angustian y se deprimen en soledad, vecinos que se quedan mirando y no saben de qué lado ponerse. Algo pasa en la ciudad.

Nadie duda que estos son tiempos extraordinarios y que vivimos una situación inédita. Sin embargo, lo inédito se ha convertido en una letanía que se repite desde marzo. Si la situación sigue su curso actual lo inesperado se habrá convertido en un dolor histórico.

Todos nos preguntamos por el intendente. Todos nos preguntamos por los concejales. Algunos de ellos intentaron usufructuar la quema de las islas y compartieron fotos simpáticas. Cuando la situación realmente requería su presencia desaparecieron. Otro intenta aparecer como el amigo de los comerciantes en su reclamo.

Es el mismo que propuso que la municipalidad pagara una plataforma virtual (copia de una rosarina) para los miembros del centro de comerciantes. El mismo centro de comerciantes que dejó sólo y a los gritos a los representantes de gimnasios y pequeños comercios. Este concejal, Javier Minetti, es el mismo que cuando los vecinos se auto convocaron para reclamar por las antenas se presentó, manifestó su apoyo, firmó un petitorio y después desapareció. Él junto con sus pares no hicieron nada desde marzo a la fecha para acompañar a los comerciantes locales.

Apoyemos a los comerciantes y que los comerciantes sepan que cuentan con nuestro apoyo. Pero eso no significa que debamos poner en riesgo el sistema de salud. En marzo aplaudíamos al personal de salud, ellos siguen cuidándonos en condiciones que no son las óptimas. Apoyemos los reclamos, pero sin fisuras. La pirotecnia nos divide.

A propósito el concejal de las fotos ¿no pudo informar que se estaba violando una ordenanza ¿ O al menos aplicar el sentido común: bombas de estruendo enfrente de un hospital…

En el recuerdo del 2020 se destacarán algunas diferencias: entre los que están y estuvieron y los que desaparecieron y ahora aparecen detrás de causas que no le son propias. Lo hacen para parecer distintos porque se acercan las elecciones. Pero son iguales, son más de lo mismo. Su pasado los condena y su presente los expone.

Fueron vecinos auto convocados quienes ser organizaron de manera solidaria para enfrentar el fuego de las islas. Los dirigentes no supieron, no pudieron o no quisieron estar con ellos. Y ese es un rol que deben jugar en este momento. Deberían tomar nota de ese hecho y no obviarlo. La incertidumbre arrecia y destroza la vida de muchas personas que se sienten solas, desprotegidas, deprimidas. No es necesario que alienten manifestaciones públicas masivas, deben trabajar en soluciones concretas en donde todos los vecinos estemos incluidos.

La democracia en la ciudad es de baja intensidad. El secretismo, el oscurantismo hace que cada vez menos personas creen en los funcionarios que los representan. Y estos funcionarios son cada vez menos capaces de solucionar los problemas de la ciudad. Se atrincheran en su carrera política y no ven que la ciudad es una colección de baches y con micro basurales en ciertos barrios.

La vida en Baigorria no será fácil durante mucho tiempo. Trabajemos inteligente y colectivamente para evitar reproches enfurecidos, vecinos peleado, proyectos truncos. La experiencia de la isla debe servirnos de guía.


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