Contra la decadencia

Contra la decadencia

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por Marcelo Sicoff

Desde que comenzó el año, las noticias que se publican en nuestra ciudad, mayoritariamente se refieren a crímenes, robos, violencia. No hay una sola sobre un tema seriamente político. No hay declaraciones de funcionarios, ni un análisis, ni un reportaje, ni una investigación. Quiero decir: nada de lo que dicen sus dirigentes puede enorgullecer al ciudadano de Baigorria.

Esto es lo que hay, me dice alguien resignado. No es fácil tratar de hacerle cambiar de opinión.

Pese a que los vendedores de fantasías quieran hacer creer lo contrario, una sensación de decadencia ha invadido las calles de Baigorria. Se ha vuelto peligroso andar por las calles e incluso estar en la propia casa.

La tristeza recorre el centro y también los barrios. Y todos, con más o menos pesimismo, nos estamos adaptando a una ciudad distinta, a una ciudad en donde la violencia nos ha hecho olvidar que seguimos en pandemia.

Hay mucha gente indignada y enojada, pero que prefiere quedarse en casa en vez de salir a la calle a reclamar justicia por los crímenes que nos sacuden y un plan integral de seguridad. No es pudor o indiferencia. Es miedo.

La inseguridad obliga resalta la urgencia de encontrar argumentos para luchar contra este sentimiento de derrota. La crisis de inseguridad, es también una crisis económica, social y emocional. Una ciudad con miedo y sin alegría es menos poderosa. Y mucho más pobre y aislada.

A los funcionarios debemos exigirles no sólo un plan integral de seguridad. También debemos exigirle ayuda moral. El enorme desapego de los ciudadanos a sus representantes y la desconfianza hacia ellos es algo que también deberán abordar nuestros dirigentes. Y deberán hacerlo sin marketing barato.

Es fácil endilgarle todo a los funcionarios, pero no se me ocurren muchas otras opciones. Para ellos será clave que puedan escuchar los reclamos . Esto será sin dudas una estrategia eficaz. Podemos y debemos, preguntarnos qué responsabilidad tenemos nosotros, los ciudadanos, de esta decadencia. ¿ Volveremos a caminar el mismo camino una y otra vez?


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