por Marcelo Sicoff
En los primeros días de abril desde Crónicas de Baigorria se planteaba la pregunta de por qué nuestra ciudad no contaba con un comité de crisis. Lo hicimos reiteradas veces.
Ni el municipio ni el concejo comunicaron nada al respecto hasta que finalmente el 9 de abril, por Facebook, la Municipalidad informó que se había reunido el comité de crisis.
En ese momento los baigorrienses nos enteramos que finalmente nuestra ciudad contaba con ese comité. Nunca supimos cuál iba a ser su función, ni que se resolvió en esa primera reunión, quién iba a comunicar las novedades y por qué medios. Tampoco supimos si siguió funcionando.
Preguntaba en abril: los funcionarios ¿sabrán que un comité de crisis decide la política informativa y la estrategia de comunicación de una crisis? El comité de crisis es el encargado de decidir qué se hace y cómo se hace para la resolución del problema y qué se dice y cómo se dice en todo lo concerniente a su gestión comunicativa.
Con un importante aumento de casos del COVID en nuestra ciudad y nuestra región, de ese comité de crisis no hay novedades. En un momento clave, los funcionarios otra vez vuelven a estar ausentes.
Muchos medios locales reniegan de su rol y ayudan a tender un manto protector. Ya ni siquiera hablan del Hospital Modular.
En abril desde Crónicas de Baigorria se decía que el futuro, en Baigorria y en el mundo, se avizoraba sombrío, terrible y tenebroso. Por cambio de hábitos de consumo, nuevas reglas en el cuidado de la salud y una esperada recesión, el panorama será sombrío, escribí.
La columna decía: Es de esperar que nuestro intendente, sus funcionarios y nuestros concejales estén trabajando para ese escenario y pensando estrategias para poder atender a los trabajadores informales o desocupados y evitar que zozobren pymes, comercios y fábricas de la ciudad.
Desde esta columna afirmábamos que el futuro requería de funcionarios avezados. Preguntaba: ¿darán la talla?
Eso fue en abril, estamos en septiembre. Cada uno de nosotros podrá emitir su veredicto.
