por Fabián Retamar
Sebastián Romero, adquirió cierta fama en diciembre 2017, cuando su imagen quedó registrada disparando un mortero casero durante la marcha contra la reforma previsional impulsada por el ex presidente Mauricio Macri. A partir de allí Romero fue conocido como el “gordo mortero” y su imagen disparando el artefacto se viralizó en redes sociales.
Tras ser identificado luego de aquella acción que le valió el mote que lleva, comenzó a ser intensamente buscado y huyó hacia el Uruguay donde estuvo prófugo por dos años y desde donde luego fue extraditado en junio de 2020, imputado por “disparar fuegos artificiales”, motivo por el cual se encuentra detenido con prisión domiciliaria desde hace más de un año.
Ahora, ya sin las rastas que exhibía en 2017, se presenta como precandidato a senador por la provincia de Santa Fe en la lista del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) que participará en la interna del Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
“Hoy soy el único candidato preso político que hay en Argentina, pero no soy el único preso político, teniendo en cuenta que tenemos a Milagro Sala y Luis D’Elia”, sostuvo Romero en una reunión virtual con integrantes del PSTU. Y agregó: “Todos fuimos perseguidos por el gobierno anterior, que nos persiguió, nos empobreció y nos dejó sin trabajo, pero este Gobierno no está siendo distinto. En cierta medida, hasta sigue teniendo presos a compañeros de sus organizaciones”.
