por Fabián Retamar
Los consumidores de agua de la región hemos detectado que el vital elemento tiene desde hace unos días, un extraño sabor. Muchos usuarios de la red de consumo alertaron sobre esto y se preguntaron a qué se debía este extraño sabor que puede resultar desagradable. La respuesta de la empresa fue publicada en su página web y en sus redes sociales.
“Ante consultas de los usuarios sobre una modificación en el sabor y el olor del agua, Aguas Santafesinas garantiza la potabilidad del agua que entrega a la red. El fenómeno se debe a un compuesto natural que se encuentra en el río Paraná cuya concentración, dependiendo del caudal y la temperatura ambiente, producen una variación en la percepción del sabor y olor del agua. De ninguna manera afecta la potabilidad del agua. Pese a este cambio el agua de red es potable y apta para el consumo sin agregados ni tratamientos extras”.
Este es el comunicado que la empresa publicó en su web con fecha 27 de diciembre; sin embargo, unos días antes, el 23 de diciembre, ante el pedido de precisiones por parte de varios usuarios que planteaban su queja en el facebook de Aguas Santafesinas, hubo por parte de la empresa la siguiente respuesta “lo que esta produciendo olor y sabor en el agua tratada en Rosario es 2-metilisoborneol. Se trata de un compuesto de origen natural que esta presente en las células de ciertas algas que habitan en agua cruda del río Paraná. Tiene olor característico a tierra mojada y su umbral de olor y sabor se encuentra en concentraciones muy bajas. Cuando se dan condiciones de temperatura, concentración de células, etc, se liberan en cantidades tales que superan el umbral de olor y se vuelven perceptibles. Se tomaron las medidas necesarias para mitigar este fenómeno. El agua es absolutamente potable y se puede consumir sin ningún tipo de agregados. Esperamos haber aclarado las dudas.
De hecho, la respuesta no conformó a los usuarios que aseguran que el agua se torna “intomable” por ese olor y sabor a tierra mojada que en muchos casos, a pesar de lo que dice la empresa, produce cierta desconfianza y conduce a la compra de agua envasada para el consumo.
