por Fabián Retamar
Todo comenzó cuando las autoridades de la Dirección de Epidemiología y del Programa Inmunizaciones de la provincia de Santiago del Estero detectaron un faltante de vacunas contra el Covid 19 que estaban guardadas en un lugar custodiado por el Ejército Argentino y al que pocas personas tenían acceso.
Tras la denuncia penal realizada por la responsable del área, Dra. María Florencia Coronel, tomó intervención la división Homicidios y Delitos Complejos de Santiago del Estero.
Los investigadores procedieron a revisar las cámaras de seguridad y detectaron que un enfermero, identificado luego como Dante Daniel Díaz, de 42 años, encargado del control sanitario, sustrajo dos cajas con vacunas.
Informada la jueza de Control y Garantías Ana Cecilia Vittar, emitió una orden para aprehender al sospechoso y allanar su domicilio ubicado en Necochea 663 de la capital provincial, donde los efectivos hallaron 268 vacunas Sputnik V, 14 Sinopharm y 1 Covishield.
La esposa del enfermero, María Angélica Coronel, que es educadora sanitaria y desempeña tareas en la atención del 107 fue detenida junto a su esposo por orden judicial. El enfermero está acusado de hurto agravado y adulteración de sustancias medicinales en perjuicio del Estado de Santiago del Estero.
Las dosis recuperadas fueron trasladadas por personal del Ejército Argentino bajo estrictos protocolos para no interrumpir la de cadena de frío necesaria y ahora están nuevamente en el Ministerio de Salud.
En la requisa también se secuestraron un revólver, insumos de enfermería, cremas para la piel, cánulas de oxígeno y gran cantidad de vacunas para otras enfermedades. Aparentemente los detenidos vendían y aplicaban las vacunas contra el Covid en su domicilio tras cobrar entre $20.000 y $30.000 por cada dosis.
