En la jornada de ayer -martes 3 de setiembre- falleció a los 80 años de edad, la actriz Selva Alemán. La noticia fue confirmada por el complejo Multiteatro Comafi y poco después también fue comunicada por la Asociación Argentina de Actores. Selva fue hija de la prestigiosa y recordada actriz Carmen Vallejo y dado que no conoció a su padre biológico, reconocía como padre al músico de jazz Oscar Alemán, que fuera pareja de su madre.
Tuvo una extensa trayectoria como actriz de cine, teatro y televisión, comenzando con una participación en 1959 en el programa Historia de jóvenes que se emitía por Canal 7. Fue protagonistas de una veintena de películas entre las que se destacan, El grito de Celina, La isla, Asesinato en el Senado de la Nación, Contar hasta diez, Mamá querida, Cuatro caras para Victoria y Algún lugar en ninguna parte entre otras.
En televisión se destacó por sus papeles en telenovelas, series, especiales y unitarios, al igual que en teatro donde pudo interpretar Cartas de amor, de A.R. Gurney, El precio, de Arthur Miller, ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, entre tantísimas otras.
Entre otros premios, fue ganadora del premio Talía (1963), de los premios Martín Fierro (1963, 1998, 2002 y 2010), del premio Cronistas Teatrales (1964), premio Florencio Sánchez (2007 y 2008), premios FundTv, Senado de la Nación y Asociación Argentina de Actores a la trayectoria (2010), Diploma al Mérito y premio Konex de Platino (ambos en 2011), y premio ACE (2007 y 2015, incluyendo ACE de Oro).
En 1974 conoció a quien sería su compañero de vida, Arturo Puig, con quien compartió 50 años de relación. Fue un flechazo entre ambos, pero su vínculo tuvo muchas dificultades al comienzo porque ambos estaban casados en ese momento, y Arturo era padre de dos hijos pequeños. Habían decidido mantener sus sentimientos en secreto, pero el amor era tan fuerte que al cabo de unos meses oficializaron su relación.
La noticia de su fallecimiento fue conmocionante y causó gran consternación en el mundo del espectáculo tanto como en el público. Según Carlos Rottemberg, que además de productor teatral era intimo amigo del matrimonio, la actriz estaba muy bien de salud, pero “Se sintió mal esta mañana y pidió un médico a domicilio. Le hicieron un control en la casa y, después, hubo un segundo, porque no mejoró”. Por la tarde, en compañía de su marido, fue trasladada a la Clínica Zabala, donde murió de un infarto. “No tenía ningún antecedente. Fue muy sorpresivo”.
