Según declaró el médico personal del Papa Francisco, Luigi Carbone, la salud del sumo pontífice se agravó en las últimas horas, y una sepsis sería altamente peligrosa para su salud. La sepsis es una respuesta desbalanceada del sistema inmunitario a una infección, que puede ser mortal. Es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.
En el caso del sumo pontífice, las enfermedades preexistentes junto con este posible cuadro, más su avanzada edad podrían acelerar el deterioro de su organismo. En la jornada de ayer, sábado 22 de febrero, los médicos del hospital Gemelli de Roma confirmaron que además de una crisis respiratoria, los análisis de sangre muestran que Francisco tiene “trombocitopenia”, es decir una baja en las plaquetas, lo cual aumenta la probabilidad de hemorragias, asociadas a una anemia.
El líder de la Iglesia sigue con su tratamiento habitual, que consiste en la utilización de diversos fármacos que lo ayudan a superar las infecciones. Si bien la sepsis no se descarta, los médicos están en alerta para evitarla.
Por ahora el Papa permanecerá internado por los menos hasta la semana próxima. El sumo pontífice se encuentra de buen humor y sólo le administran oxígeno suplementario cuando lo requiere.