por Fabián Retamar – Imagen: elciudadanoweb
En una época había formado parte “Los Monos”, pero desde hacía varios años se había independizado para vender drogas ilegales en la zona norte de Rosario y en Granadero Baigorria. Se llamaba Marcelo Medrano pero se lo conocía como “Coto” y fue acribillado delante de su pareja y su hijo en la noche del pasado jueves en Eva Perón y Pueyrredón de Granadero Baigorria.
En 2010 había sido condenado por Narcotráfico a seis años de prisión. Años más tarde, en 2017 y en medio en un megaoperativo realizado por fuerzas federales en la zona del Cordón Industrial, fue apresado junto a su hermano Matías. En esa oportunidad tuvo un juicio abreviado mediante el cual se lo condenó a dos años de prisión efectiva por delitos de amenazas coactivas, balaceras y otros hechos de violencia en Octubre de 2018.
Tras ser liberado comenzaron a amenazarlo de muerte y se “guardó” por un tiempo en la ciudad de Victoria, Entre Ríos. Y tan bien se “guardó” que por varios meses nadie supo nada de él, ni siquiera los investigadores locales.
Pero Medrano regresó de Victoria y su nombre se volvió a escuchar tras el asesinato de Agustina Thomson, la pareja informal de Carlos Ariel Señuque que había sido acribillado a balazos en Brown al 2800 de la ciudad de Rosario en Julio de 2019. El asesinato de Agustina Thomson se produjo en febrero de este año, en la casa donde Medrano vivió casi toda su vida, en Maestro Massa al 400 en la zona norte de Rosario.
Todo indica que una vez que se supo del regreso del “Coto”, quienes se “la tenían jurada” estudiaron sus movimientos y lo siguieron para poner fin a su vida. Marcelo “Coto” Medrano, de 44 años, bajó de su vehículo para comprar unas golosinas en el Shop de la YPF Raúl. Al salir del local, pasados unos minutos de las 11 de la noche, dos hombres, que según testigos bajaron de una Ford Eco Sport de color blanco, le dispararon hiriéndolo en el abdomen. Medrano, herido, intentó escapar hacia su vehículo estacionado a pocos metros, sobre calle Pueyrredón.
Pero no logró llegar. Una seguidilla de balas de arma de fuego pusieron fin a su vida. El cuerpo de Marcelo «Coto» Medrano, tendido boca abajo, tenía 15 balazos.
