No hizo falta esperar. Lo confirmo el mismo concejal en su cuenta de Facebook

No hizo falta esperar. Lo confirmo el mismo concejal en su cuenta de Facebook

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Lo que creiamos se podía confirmar recién mañana, acaba de confirmarlo el propio edil baigorriense, hace minutos en su cuenta de Facebook. Se trata del concejal Favio Maureli que relata lo sucedido y su padecimiento

Jueves 1 de octubre, después de tener una cena mas con mis hijos, decidí acostarme temprano porque me sentía muy cansado. El estrés de estas semanas se está haciendo sentir, pensé. Y opte por ir a dormir porque el viernes era un día lleno de tareas y trabajos.

Pero amanecí, a las 4 am sudando y descompuesto, y creo que desde ese momento jamás volví a dormir…

El viernes por la mañana la fiebre me golpeaba fuerte, así sin más, sin avisos, había aparecido de repente y después de hacer varias consultas a profesionales, decidí aislarme sin pensarlo, llego el virus, una gripe mas, varios conocidos ya lo habían pasado y sabia lo que me esperaba (o creía saber), unos días de malestar, un poco de tos quizá, unos dolores en el cuerpo como mucho. Solo en casa, ya en la cama, con los medicamentos prescriptos decidí pasar el fin de semana lo más tranquilo posible, “aprovechare a descansar” pensé, sin ni siquiera imaginar lo que este virus me tenía preparado.

Paso el sábado, paso el domingo, la fiebre no daba tregua, se sumaron malestares de todo tipo, dolor en el cuerpo imposible de tolerar, tos que no me dejaba ni tomar un vaso de agua, deje de hablar porque el dolor en los pulmones era intolerable, los dolores de cabeza no me abandonaban, ya no me levantaba, ya no comía, ya no contestaba el teléfono, pero como todos decían, “son 3 o 4 días de síntomas y después se van aliviando”, pensé que sería así, que tenía que ser positivo y fuerte y tratar de tolerarlo, porque era una gripe nada mas, una simple gripe no va a poder conmigo, pensaba.

El lunes por la noche la fiebre no cedía ni por unos minutos, la idea de descansar se transformo en una pesadilla interminable, no había día ni noche, no había manera de conciliar el sueño, solo, sin siquiera poder comunicarme con mis seres queridos porque los dolores no me dejan ni respirar, y es literal, esta enfermedad me quito el sueño, me quito el aire, me lleno de miedos y dudas, “porque a mi” como una simple gripe puede hacerme sufrir tanto. 5 días con 40,2 de fiebre dejan el cuerpo y la mente en un estado de destrucción total. Y mi cuerpo comenzó a sentir que no resistiría, que no pasaría un días mas así, que era demasiado sufrimiento y que no llegaría al otro día, que no habría mañana, comencé a despedirme mentalmente de mis seres queridos, respirar me dolía, pensar me dolía, mi cuerpo estaba diciendo basta, mi mente también.

El miércoles por la tarde, sin fuerzas, con 40 de fiebre, con un dolor irresistible, sin poder caminar o ni siquiera hablar, llegue a la guardia Covid indicada por los médicos que me asistieron por teléfono. 4 horas de espera, si! 4 horas de espera para que me realicen una placa, y me den un antibiótico, me sentí abandonado, descuidado, despersonalizado por completo, ME DEJARON IR, sin un diagnostico, sin un chequeo ni análisis de ningún tipo. “toma agua” que te vas a recuperar. Pero yo por dentro moría, y nunca había sentido tan de cerca y tan fuerte a la muerte acechándome, el cuerpo no reaccionaba, la mente paralizada, el esfuerzo de cada segundo para poder respirar me dejaba sin aire, que ironía.

Pero confié y volví a casa, a la soledad de mi cuarto, a la espera de esa tan ansiada recuperación, a que la fiebre me deje en paz, a poder dormir una hora por lo menos, a poder dar dos pasos y no sentir que eran los últimos pasos de mi vida.

Pase esa noche con 40 de fiebre, pase todo el jueves con 40 de fiebre, “ya no puedo más” ya no, no sé cómo seguir, como es posible tanto sufrimiento!. Cosas vitales como poder pasar un trago de agua se hacían imposibles para mí, el cuerpo pasó a ser una masa sin fuerza, sin poder ser capaz de realizar una sola acción. La cabeza estalla, los pulmones estallan, la fiebre nunca cedió, esta vez pensé, no lo voy a superar. Si esta vez me duermo, sé que no habrá un despertar.

Viernes 9 de octubre al mediodía llegue a la guardia del Sanatorio Británico, sin fuerzas, sin esperanzas, sin aire. Me pusieron en una cama y estuvieron horas haciéndome todo tipo de estudios, las fuerzas no volvían pero la fiebre empezaba a ceder con los medicamentos. “Neumonía Bilateral Severa”, dijeron cayendo la noche,” te vas a quedar acá hasta que mejores”, y la mascarilla de oxigeno, el diagnostico y el sentirme contenido me devolvieron un poquito la paz y las esperanzas que el virus se había llevado. Fueron días durísimos dentro del sanatorio, sondas por todos lados, medicamentos, mascaras, pinchazos permanentes, pero finalmente después de varios días de lucha para bajar la fiebre por la gran infección que me había provocado lo que muchos dicen “es una gripe nada más” pude dormir unas horas. Pude volver a comunicarme con mis familiares, aislado, pero acompañado por ellos que nunca dejaron de preocuparse y contenerme. Aislado pero con un personal increíble que siempre con su más amplia sonrisa me ayudaron a superar esto, que realmente, MATA.

Desde la cama del Sanatorio aun, pero ya más tranquilo, con dolores fuertísimos aun, sin poder caminar aun, pero agradecidísimo a esta gente increíble que lucha día a día contra esta “gripecita”, sabiendo lo terrible y letal que puede llegar a ser, pero sin bajar los brazos. Desde lo más profundo de mi corazón, no hay palabras suficientes para expresar mi agradecimiento a ellos, mucamos, camilleros, enfermeros y médicos, todo el personal, que estuvo atento y con la mejor predisposición, para que nosotros, los que sufrimos de esta manera tan dolorosa esta enfermedad, salgamos adelante. Para mi familia y seres queridos también extiendo mi agradecimiento con todo mi corazón, sabiendo lo difícil que es tener a un familiar aislado, nunca dejaron de estar presentes, de mandarme fuerzas y esperanzas.

Cuidémonos, cuidemos a nuestros seres queridos, cuidemos a nuestros niños y nuestros mayores, cuidemos a nuestros amigos, una reunión familiar o de amigos puede ser la última para alguno, y ese podría haber sido yo de no haber caído en las manos adecuadas, soy muy consciente de que a pesar de todo fui un afortunado, esto es serio, mantengamos distancia, usemos barbijos. Esta gripe MATA, a gente débil y a gente fuerte. No discrimina, simplemente MATA. Soy un sobreviviente, que podía no haber contado esta historia, por eso mismo, más allá de agradecer, necesito decir a gritos, que nos tenemos cuidar entre todos.

Así lo contó el concejal Maureli hace minutos, en su cuenta de facebook. Esperamos que logre recuperarse del todo y lo más pronto posible para retomar todas sus actividades.


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