por Fabián Retamar
Con una diferencia sumamente ajustada, de menos de dos puntos, Luiz Inácio Lula da Silva se impuso a Jair Bolsonaro en el Ballotage para definir la próxima presidencia de Brasil. Esta será la tercer presidencia de Lula y se preve que deberá enfrentar duros desafíos a partir su asunción, el 1º de enero de 2023.
Varios primeros mandatarios del mundo ya han saludado al nuevo presidente de Brasil, entre ellos Gustavo Petro de Colombia; Joe Biden de los Estados Unidos; Luis Lacalle Pou de Uruguay; Gabriel Boric de Chile; Mario Abdo Benitez de Paraguay; Pedro Castillo de Perú, Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández de Argentina entre tantísimos otros. A pesar de las felicitaciones y reconocimientos de los Jefes de Estado, a estas horas Jair Bolsonaro aún no ha reconocido la derrota.
También envió un mensaje Cristina Fernández de Kirchner, agradeciendo a Lula por devolver a la región “la alegría y la esperanza” . Y -quizá como contrapartida- la gentileza fue devuelta con una imagen que empieza a dar la vuelta al mundo; la imagen del propio Lula luciendo una gorra de CFK 2023.
El lider del Partido de los Trabajadores (PT) asumirá la presidencia con 77 años, convirtiéndose en el presidente con mayor edad en asumir ese cargo; y deberá enfrentar un contexto mundial sumamente complejo que comenzó a profundizarse por la guerra Rusia – Ucrania.
Aunque desde hace unos meses la economía brasileña dio muestras de una leve recuperación, la realidad indica que la situación económica es sumamente difícil, sin embargo Lula se comprometió a luchar para combatir la pobreza y el hambre en el país.
“No podemos aceptar como algo normal que millones de hombres, mujeres y niños no tengan qué comer. Si somos el tercer mayor productor mundial de alimentos y el primero de proteína animal […] Si somos capaces de exportar al mundo entero, tenemos que ser capaces de garantizar que todos los brasileros tengan acceso a las tres comidas al día”. dijo el mandatario electo.
No obstante, el contexto actual de Brasil es completamente diferente en esta tercer presidencia de Lula da Silva, no sólo por el contexto mundial sino porque además, las principales empresas fueron desmanteladas, privatizadas y trasnacionalizadas. Por otra parte, como en muchos países de la región, esta vez, la dicotomía de dos modelos antagónicos, se divide prácticamente en partes iguales.
Ante esta situación muchos avisoran un escenario de rápidos anuncios para enviar señales claras al mercado y evitar un escenario de volatilidad; esto es, principalmente, anunciar el equipo económico que lo acompañará en su gestión, donde se esperan nombres de perfil técnico y liberal.
Aun hay que esperar que Bolsonaro reconozca la derrota y ver de qué manera termina su mandato. Muchos analistas preven que la transición será conflictiva.
