por Fabián Retamar
La Olimpíada de Energía y Ambiente es un certamen realizado en colegios de educación secundaria de todo el país -tanto públicos como privados-, cuya misión es incentivar el estudio de temas ambientales en los jóvenes, promover la conciencia social en torno del tema, difundir la actitud en pro de la defensa del ambiente, contribuir al conocimiento de los desarrollos técnicos en el área y difundir la labor que realizan las empresas de la industria del petróleo y del gas por preservar el ambiente
Al mismo tiempo, busca fomentar el espíritu de competencia como soporte de la superación personal. Su origen se remonta al año 1994, cuando el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) decidió organizar anualmente esta competencia.
Desde entonces, han participado miles de alumnos, provenientes de cientos de escuelas de todo el país, los cuales se han capacitado en temas específicos de cuidado del Medio Ambiente. Muchos de ellos directamente relacionados con la industria de los hidrocarburos, permitiendo de esta manera que tomen contacto directo con la industria del petróleo y del gas.
Toda esta introducción sirve para poner en contexto el desarrollo de la vigesimosexta edición de esta importante competencia que tuvo entre los finalistas a un total de 10 competidores de los cuales 4 representaron al Instituto Politécnico de Rosario que terminó alzándose con dos medallas, la de oro que obtuvo la rosarina Valentina Figueroa
y la de bronce que logró el baigorriense Matías Francescutti, que -vale mencionar- ya había obtenido en 2020 la medalla de Bronce en las Olimpíadas Argentina de Física.
Obviamente los ganadores obtuvieron una medalla, un diploma y una importante beca escolar por el término de un año. Además, tanto el profesor como el colegio recibieron una excelente premiación que deberá ser invertida en equipamiento.
El acto de entrega de premios se llevó a acabo en Buenos Aires el pasado viernes 19 de noviembre.
Los lauros obtenidos por estos jóvenes de la región enorgullecen y dan una luz de esperanza sobre el futuro, que sin dudas necesitará de mentes brillantes para afrontar las problemáticas que se avecinan en materia de energía y ambiente.
