por Fabián Retamar
Familiares, amigos y una multitud de vecinos de Rosario, se movilizaron en la zona norte de la ciudad, reclamando justicia por Joaquín Pérez, el joven arquitecto de 34 años asesinado de tres balazos en la noche del pasado martes 19 de octubre cuando iba a guardar el auto a una cochera.
La masiva marcha se concentró alrededor de las 19,30 horas en la intersección de Juan B. Justo y Alberdi, reclamando justicia, seguridad y acciones por parte de la clase política y la policía para terminar de una vez con tanta violencia que padece Rosario y la región.
Los manifestantes se trasladaron a la puerta de la comisaría 9ª, donde oficiales de policía intentaron en vano aplacar los ánimos de la gente que expresó su malestar al punto de producirse algunos incidentes que pudieron pasar a mayores pero por suerte pudieron contenerse.
La pregunta es hasta cuando la paciencia de la gente se podrá contener y cual sería la reacción, y contra quienes, si esta escalada de violencia y muertes no logra frenarse por parte de quienes tienen la responsabilidad de hacerlo.
“Que no haya más Joaquín Pérez en esta ciudad. Que den la cara los políticos, den la cara, hagan algo jueces, políticos, ayuden al pueblo. ¡Traidores de la patria!”, expresó el hermano de la víctima. según la crónica publicada en el diario La Capital
“Cambiamos hábitos para no sufrir inseguridad, los adolescentes no caminan solos, las mujeres no usamos carteras, los autos no se guardan en cochera” manifestó al mismo medio Melisa Herrero, de Vecinales Rosarinas Unidas por la Seguridad, una de las impulsoras de la convocatoria.
Hace dos años, Osvaldo, de 69 años, vecino de la misma zona, también fue asesinado en ocasión de robo. Ahora, el mismo destino tuvo el joven arquitecto de 34 años que estaba en pareja y tenía una hija de 2 años. ¿Hasta cuándo?… ¿Qué pasaría si la gente, que además de desprotegida se siente estafada en sus reclamos reaccionara en masa contra la clase dirigente que viene prometiendo soluciones y no logra resultados?
El caso de Joaquín tomó estado público nacional, llegando a todos los medios masivos de Buenos Aires. Mientras tanto en la región, aún están frescos en la memoria los casos de Ani Rivero (2014), o Elvira Danelón (2019) en Capitán Bermúdez o los de Edgardo Gimenez (2014) y Facundo Contreras (2020) en Granadero Baigorria, sólo por mencionar algunos -distanciados en el tiempo- que muestran que los hechos, los reclamos y las promesas se repiten.
Quizás sea hora de que la clase política, no sólo de la ciudad de Rosario, sino de toda la región, empiece a tener especial cuidado con esta cuestión… porque todo tiene un límite; y el hilo se corta siempre por lo más delgado. Por ahora los responsables de la seguridad tienen suerte de que el pueblo, los ciudadanos, la gente común; proteste sin desbordarse… si esto ocurriese, quizás otro sería el cantar.
