Son 200 personas que hacen limpieza en los barrios de la periferia, aunque no les paga la Municipalidad sino un programa nacional, Potenciar Trabajo. Los coordina una organización comunitaria que en junio se alejó del Frente Progresista. Desde entonces, el municipio ya no les proveyó de herramientas para el trabajo y tampoco llegan alimentos a sus comedores barriales.
Las tareas de higiene urbana en los barrios más alejados del área central de Rosario, en buena parte, recaen sobre trabajadores y trabajadoras beneficiarias del programa Potenciar Trabajo, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Son alrededor de 200 personas organizadas en una veintena de cuadrillas coordinadas por la organización barrial L.I.O. (Luchadores Independientes Organizados), que se dedican a erradicar basurales, limpiar zanjas y cunetas adonde todavía no existe la red cloacal, el pavimento o el cordón de calzada. Ocurre que esa agrupación social de base decidió abandonar el Frente Progresista Cívico y Social donde estaba alineada hasta junio pasado. La muerte de Miguel Lifschitz apuró una decisión que sus militantes venían evaluando. Y esa ruptura en lo político hizo que desde la Municipalidad de Rosario le soltaran la mano a los 200 trabajadores que le hacen higiene urbana sin costo para el erario municipal. Desde LIO revelaron que la gestión Javkin tomó represalias y ya no les suministró las herramientas para que las cuadrillas puedan continuar con su trabajo y justificar el cobro de su subsidio nacional. Tuvieron que comprar palas, escobillones y carretillas de su propio bolsillo, aseguraron.
“La Municipalidad nos pasó la factura por romper con el Frente Progresista. Ahora andamos renegando, tuvimos que salir a comprar las herramientas para seguir trabajando. Ni las bolsas de residuos nos dieron”, contó Martín Frutos a RosarioPlus.com, referente territorial de LIO.
Comenzaron en junio de 2020, en convenio con la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad. El plan de acción se llama Rosario Cuida a sus Barrios y, entre los múltiples abordajes que plantea uno es el de desplegar taras de higiene urbana en convenio con organizaciones barriales como lo es LIO. Santa Lucía, Los Humitos, Empalme Graneros, Ludueña, Itatí, Grandoli, San Martín Sur, Tío Rolo son algunos de los barrios periféricos donde estas cuadrillas trabajan a cambio del subsidio nacional que orilla los 13.500 pesos, la mitad del salario mínimo vital y móvil.
“Trabajamos más allá del pavimento y el cordón cuneta, adonde la Municipalidad no llega. Y no le cuesta un peso porque nos paga Nación. Trabajamos para justificar el subsidio, porque no queremos que nos regalen nada. Pero sí que el Estado apoye. Nuestra lucha es que Provincia o Municipalidad completaran la remuneración para que cada trabajador o trabajadora cobre el equivalente a un salario mínimo, pero no nos atienden ese reclamo”, dijo Frutos.
El dirgente barrial señaló que luego de que en junio pasado LIO anunciara su partida del Frente Progresista, el vínculo con el municipio se diluyó. “Nos quedaron debiendo herramientas para 10 cuadrillas y ya no hubo más caso. Tuvimos que comprarlas nosotros con mucho esfuerzo y recursos propios, para poder brindar el servicio a la comunidad, que debería hacer el municipio. Y no solo eso, desde entonces tampoco nuestros 15 comedores y merenderos reciben la mercadería que distribuye el BAR (Banco de Alimentos Rosario). Es una represalia por habernos ido del Frente Progresista”, reprochó el trabajador comunitario.
Fuente: Rosario Plus