¿Quién es el brasileño que intentó asesinar a la Vicepresidente?

¿Quién es el brasileño que intentó asesinar a la Vicepresidente?

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por Fabián Retamar

Ayer, jueves 1 de setiembre, alrededor de las 9 de la noche, cuando la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner llegaba a su domicilio en el barrio porteño de Recoleta tras presidir una sesión en el Senado, de entre la gente que la esperaba para saludarla, apareció un hombre armado que gatilló un arma a centímetros de su cara. El tiro no salió y el hombre fue rápidamente reducido por militantes y luego detenido, encarcelado y puesto a disposición de la justicia.

El magnicida, un hombre de 35 años, es Fernando Sabag Montiel, nacido en Sao Paulo, Brasil pero residente en Argentina desde hace muchísimos años viviendo con sus padres en el barrio porteño de Villa del Parque. Su madre falleció en 2017 y quienes lo conocen del barrio, según dice la nota de Federico Fahsbender en Infobae “lo definen como errático, inconstante y camaleónico, proclive a decir “cosas insensatas”.

También dice la nota, que se lo conocía por su apodo de “Tedi” y que frecuentaba el circuito de bandas death metal. Tenía por costumbre esperar a músicos famosos a la salida de hoteles. También era común en él los cambios de imagen y estilo, entre camisas y anillos, o tatuajes con símbolos tomados de la estética del nazismo esotérico.

En marzo de 2021, la policía lo interceptó mientras conducía un Chevrolet Prisma negro sin patente trasera. Según explicó Sabag, la patente le faltaba debido a un choque ocurrido días antes. Se le pidió salir del auto y en ese momento se cayó del vehículo un cuchillo de 35 centímetros de largo. Se le labró un acta contravencional pero la causa quedó archivada.

Tras este intento de homicidio contra la vicepresidente, Fernando “Tedi” Sabag Montiel quedó a disposición de la justicia y a la espera de conocer su destino. Hay quienes aseguran que sería trasladado a una dependencia de la PFA en Villa Lugano. Por otra parte trascendió que la pistola Bersa calibre .380, con el número parcialmente limado, con la que le gatilló a la vicepresidente, tenía cinco balas, en un cargador con capacidad para 15 y otra en la recámara.

Los expertos sospechan que los tiros no salieron porque el acusado no accionó la corredera antes de gatillar. No obstante esta hipótesis deberá ser corroborada. No obstante altas fuentes en organismos de seguridad afirman que la pistola era apta para el disparo.


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