por Fabián Retamar
La empresa Serpro, dedicada a la molienda de vidrio, se funda en Colombia en el año 1988. En el año 2011, comienza sus operaciones en Argentina, concretamente en Granadero Baigorria, y según lo datos que figuran en su página web, produce allí 4200 toneladas al mes de vidrio molido que se reutiliza como materia prima sustitutiva de nuevos productos.
El caso es que la molienda, a cielo abierto, se emplaza en unos antiguos galpones de la empresa Secco, en pleno barrio San Miguel, más precisamente en la manzana conformada por las calles Balcarce, Charcas, Las Heras y Junín, en medio de domicilios particulares que se erigen desde mucho tiempo antes que la empresa comenzara sus actividades.
Hace unos 8 años los vecinos comenzaron un reclamo por ruidos molestos y el deterioro de las calles por el tránsito pesado, a lo que agregaban lo más preocupante, que es la volatilidad del polvillo, disperso en el aire que podría provocar una enfermedad conocida como Silicosis, que es ocasionada por un depósito de polvo en los pulmones con una reacción patológica frente al mismo.
Según una de las tantas familias afectadas, la municipalidad aseguró hace unos años, que este es un tema heredado de la gestión anterior y que poco puede hacer porque la habilitación fue otorgada. Por otra parte organismos provinciales habrían medido la contaminación del aire, pero curiosamente en días donde la empresa -previamente avisada- no estaba trabajando en la molienda.
Otros vecinos también aseguran que las calles están sumamente deterioradas por el tránsito de camiones que llevan la materia prima a la fábrica y que grandes cantidades caen y se depositan en el suelo perjudicando a transeuntes y ciclistas principalmente. Por otra parte los automóviles de los vecinos, estacionados en las inmediaciones, muestran un depósito de polvo sobre la superficie que no parece ser tierra, ya que tienen cierto brillo, como si fuera polvo de vidrio.
Una situación similar vivieron los vecinos de Máximo Paz, partido de Cañuelas en Buenos Aires, cuando en el año 2010, se opusieron a la radicación de la empresa Aretra S.A. que había sido clausurada y desmantelada luego de trabajar a cielo abierto durante casi una década en la reserva de Santa Catalina, partido de Lomas de Zamora.
En 2010, esos vecinos de Máximo Paz, con la ayuda del municipio y organizaciones ambientales lograron frenar la instalación de la molienda. El boletín ecológico Nº 14 de la multisectorial «Todos por Santa Catalina» concluyeron, en un análisis microscópico del material molido que la planta producía a cielo abierto, que las astillas de vidrio de 50 a 100 micrones (0,05 a 0,1 milímetros), capaces de esparcirse por el viento, poseen puntas afiladas tal cual los fragmentos más grandes. Por lo que se entiende que una vez en el organismo, ese vidrio molido no puede ser otra cosa que perjudicial para la salud. (dejamos el link a la nota completa https://www.lapoliticaonline.com.ar/nota/nota-63448/ )
En Baigorria, lamentablemente, por el paso de los años, el acostumbramiento, la desilusión, el hartazgo, el cansancio, el desgaste o el desgano; muchos abandonaron la lucha o se resignaron a seguir viviendo de esta manera aún cuando pudiera implicar un riesgo para la salud. Otros, en cambio, siguen luchando, reactivan el reclamo día tras día, semana tras semana, una y otra vez publican en sus redes sociales, imágenes y videos del momento en que la tolva, a varios metros de altura, deja caer el vidrio molido. ¿Será suficiente esto para que algún funcionario se ocupe del tema y logre una solución?