por Fabián Retamar
Una leyenda cuenta que la historia del Tarot se remonta a las primeras décadas del siglo XIII cuando los mercaderes del Mediterráneo recorrían la extensa Ruta de la Seda por China, Persia y África, trayendo entre sus pertenencias el primer mazo de cartas conocido en Occidente, llamado Mamluk. Pero a decir verdad, el Tarot es una práctica milenaria de origen incierto.
Nanci Peirone y Analía Ventura, ambas de Capitán Bermúdez, se conocieron a través de un curso de “Iniciación al Vino”, coincidiendo en un camino de autoconocimiento que las llevó a iniciar una amistad y a ir perfeccionando ese camino a través de la incorporación de distintos saberes, entre ellos el de Tarot, lo que además, las impulsó a diseñar estos encuentros denominados “Tarot y Vino” que en la ciudad de Granadero Baigorria, llevan adelante en el local de “Sadra, la Vinoteca”, de Avenida San Martín al 1000.
Recientemente, el sábado 20 de agosto, llevaron a cabo el quinto encuentro de “Tarot y Vino”, en esta oportunidad -y aprovechando el mes del niño- bajo la consigna “jugar es conectar con ese niño que somos…”
De estos encuentros sólo participan como máximo 15 personas, pero lejos de ir por el lado de la adivinación, algo que frecuentemente se asocia al Tarot, en este caso cada participante tiene la oportunidad de conectarse consigo mismo y transitar por el camino del autoconocimiento, de arquetipos que se presentan todo el tiempo en cada uno a través de imágenes, sueños, personas, en la evolución propia, etc.
La relación con el vino no es difícil de encontrar, ya que estos encuentros podrían considerarse una experiencia dionisíaca. En la antigua Grecia, la presencia del vino como bien de consumo, desempeñaba importantes papeles religiosos, medicinales y sociales, por eso a lo largo de todo el año se celebraban varias fiestas en honor a Dionisio, el dios del vino.
Justamente por eso, de la misma manera que en la antigüedad el vino actuaba como desinhibidor, quienes forman parte de estos encuentros de “Tarot y Vino”, interactúan con Nanci, Analía y el resto del grupo, conectando con los aromas, los sabores y con ellos mismos.
En cada oportunidad, y de acuerdo a la consigna del encuentro, se elige un determinado vino. En este encuentro del mes de agosto, en el que se transitaba el mes del niño, eligieron “El Presentador”, un vino de la bodega “Wine y Circo” cuyos representantes habían visitado el local de Sadra hacía unos días.
Pero no sólo el vino se presta para realizar este tipo de encuentros: el 15 de Agosto se llevó a cabo “TAROT & TE”, también en Sadra, donde la sommelier de té Belén (Tebel) conectó a los participantes con esta ancestral bebida. Y también el ARTE suele estar presente en estos encuentros. Distintas formas y una esencia: la conexión con el TAROT.
En referencia a las cartas hay que decir que a lo largo del tiempo, los mazos de tarot fueron evolucionando y hay actualmente diferentes tipos. Los utilizados por Nanci y Analía son conocidos como Tarot de Marsella, un mazo que fuera restaurado en 1998 por el escritor y cineasta chileno Alejandro Jodorowsky y el maestro en cartas Philippe Camoin de la antigua Casa Camoin de Marsella.
Como cada mes, en setiembre habrá un nuevo encuentro de “Tarot y Vino” en Sadra… y nuevamente Nanci y Analía recibirán a quince personas que intentarán redescubrirse, resignificarse, reconocerse… quince personas interactuando con el resto, sumergiéndose en este mundo místico, misterioso, revelador y cautivante.
