por Fabián Retamar
Aquella mañana del 2013, apenas pasadas las 9,30, un estruendo se hizo escuchar a varios kilómetros a la redonda. A los pocos minutos nos enterábamos que eran exactamente las 9.38 de aquel 6 de agosto, cuando una fuga de gas produjo la terrible explosión que hizo que una de las tres torres del edificio de Salta 2141 se derrumbara.
La onda expansiva destrozó vidrios y estructuras de las viviendas y comercios cercanos. Todo era inexplicable, inaudito… Una pila de escombros, de unos veinte metros de alto, escondía los cuerpos de las víctimas fatales de aquella trágica jornada.
Días antes, el consorcio del edificio advirtió problemas con el suministro de gas natural y realizó la denuncia correspondiente ante Litoral Gas. Una vez que la empresa constató el problema, el procedimiento indica que para trabajar dentro de la propiedad se debe contratar a un gasista matriculado y habilitado, por tratarse de una tarea en el interior del edificio.
El gasista contratado por el consorcio tuvo que cambiar una válvula reguladora de presión, y al restablecer el servicio de gas aparentemente todo volvía a la normalidad. Sin embargo, unos días después, el 2 de agosto varios ocupantes del edificio llamaron a Litoral Gas quejándose por el incesante olor. Los vecinos de la cuadra afectada también habían realizaron llamados al 911 denunciando que un fuerte olor a gas invadía el sector y que, en el área que rodea el edificio, escuchaban un silbido molesto
Ante tal situación, el gasista fue convocado nuevamente y al presentarse en el edificio notó que el regulador estaba mal ajustado; pero ya nada podía hacerse… el gasista y su ayudante salieron corriendo al notar que el ambiente estaba contaminado por grandes cantidades de gas venteado.
En ese instante, a las 9:38, ocurrió la tragedia. La explosión produjo el derrumbe del segundo cuerpo del edificio y destruyó gran parte de los otros dos. Los edificios aledaños también sufrieron las graves secuelas al romperse vidrios, ventanas y puertas. La onda expansiva alcanzó unos 500 metros, originando serios daños.
La causa judicial tuvo 11 imputados, pero en marzo de 2020 los jueces de la Cámara Penal de Rosario, Carina Lurati, Carlos Carbone y José Luis Mascali, confirmaron la sentencia dictada en primera instancia donde 10 de los imputados fueron absueltos.
Por este siniestro conocido como “la tragedia de calle Salta 2141”, que provocó 22 muertes y más de 60 heridos, además de un sinnúmero de daños materiales, sólo el gasista Carlos García, fue condenado como responsable de «estrago culposo». Le dictaron una pena de cuatro años de prisión, pero este año accedió a prisión domiciliaria por tener más de 70 años y problemas de salud.
