por Fabián Retamar
La caravana interminable de móviles policiales con sus estridentes sirenas haciéndose escuchar a su paso camino al Cementerio de Granadero Baigorria, expresaban el dolor y la tristeza por la muerte del jefe de la Policía de Rosario, Adrián Forni, quien falleció este domingo a los 52 años de edad a causa de las complicaciones que se presentaron en su cuadro de coronavirus.
El jefe de la Unidad Regional II de Policía, había recibido la primera dosis de la vacuna china Sinopharm el 16 de abril, pero días después, y dado que presentó síntomas que -según sus propias palabras- hicieron que se sienta «raro», decidió hacerse un hisopado que confirmó su contagio de coronavirus.
Al día siguiente comenzó a presentar un cuadro febril con temperaturas que superaban los 39 grados y se decidió su internación en una sala común de un nosocomio rosarino. Dado que presentaba signos de neumonía, comenzó a ser tratado con suero y antibióticos.
Según un audio que circula en las redes, Forni, desde el sanatorio donde estaba internado, agradeció las muestras de apoyo de sus compañeros y les aconseja que no subestimen el virus y que cumplan con el protocolo establecido. “Para mí hoy es un día de regalo porque esto es día a día. Te reconforta, te da fuerza, te da esperanza. No les voy a mentir, yo ya me veía en mi sepelio pero no porque estaba quebrado sino porque el cuerpo no resiste” termina diciendo en el audio.
Adrián Forni había asumido la jefatura de la Unidad Regional II de Rosario en diciembre de 2020. En sus 27 años de trayectoria en la fuerza fue parte de la Tropa de Operaciones Especiales, la Policía de Acción Táctica y la Unidad Especial de Protección de Testigos, entre otros cargos.
Todo el arco político santafesino despidió en redes sociales, con gran pesar, al jefe de la Unidad Regional II de Policía de Rosario… Sus compañeros de la Fuerza lo hicieron hoy, acompañando sus restos camino al cementerio de Granadero Baigorria en una larga caravana de móviles policiales que apenas pasadas las 9 de la mañana encendieron sus sirenas en señal de dolor y tristeza por la muerte de Adrian Forni, otra víctima fatal de esta pandemia.