La conferencia de prensa ofrecida ayer por el Ministro de economía Luis “Toto” Caputo fue sumamente ilustrativa. Pero en el final -sin diplomacia ni sutileza, y casi como una amenaza- fue terminante en referencia a la ley enviada al congreso: “Si la Ley Ómnibus no pasa, las medidas van a ser más duras, entonces, evidentemente, los argentinos van a sufrir más”, afirmó.
El ministro hizo referencia a la situación que recibió el nuevo gobierno y aludió a los fondos que debían recibirse en noviembre pasado -cuando Sergio Massa era el ministro de economía- y que no se recibieron porque -según argumentó el FMI oportunamente- las metas acordadas por la gestión de Alberto Fernandez “no se alcanzaron”
Caputo planteó que para recuperar ese acuerdo recurrieron a la Comisión Andina de Fomento quien facilitó los fondos para hacer frente al vencimiento de diciembre. De este modo, y dado que esta última revisión del FMI es la séptima de un total de diez -la octava sería en mayo- el fondo giraría 4.700 millones de dólares que es lo que alcanzaría para hacer frente a los vencimientos de Enero, Febrero y Abril.
Esto no resulta extraño ni caprichoso, dado que en abril se supone que entrarían los dólares de la cosecha de soja. Pero hay que tener en cuenta el enojo de las cerealereas por el aumento de las retenciones y habrá que ver como negocia el gobierno para que liquiden la cosecha y se logre el ingreso de dólares.
Por su parte, el FMI a través de un comunicado, planteó que “la nueva administración ya está implementando un ambicioso plan de estabilización, basado en una gran consolidación fiscal inicial, reconstruir reservas, corregir desajustes de precios y crear un sistema orientado al mercado”.
La cifra de 4700 millones de dólares que girará el Fondo está compuesta por los 2400 millones pendientes de la última revisión de Massa de noviembre que no se acordó, más 1000 millones de diciembre más el pago de febrero.
El comunicado del FMI destaca los esfuerzos del gobierno de Milei por equilibrar las cuentas fiscales, achicar la brecha, limpiar el balance del Banco Central y armar una economía “más simple, basada en reglas y orientada a los mercados”. Sin embargo, las autoridades del Fondo advierten que este será un camino difícil y que las condiciones pueden “empeorar antes de mejorar”, y que la eliminación de los controles de precios y la devaluación “van a tener un impacto inflacionario y acentuarán la contracción económica en curso”.
