por Fabián Retamar
Alguna vez un «cabezón» de la política dijo «Yo soy el padre de la derrota». Y parece que siempre que hay una caída electoral estrepitosa hay que buscar un responsable absoluto. Y también parece que esta vez, tras las PASO del 12 de setiembre, el sayo se lo puso Alberto Fernández, que de hecho -cual chivo expiatorio- es la cabeza visible tras la cual se esconden quizás otros tan responsables como él.
En medio de las tensiones internas que demandan cambios de ministros y de rumbos, el Presidente aseguró que anunciará medidas esta misma semana. A diferencia de los que se excusan sobre los motivos de la derrota, Fernández cree que los principales socios del Frente de Todos también fueron castigados en estas elecciones. Pero esto -como si fuera el consuelo del tonto- no cambia la realidad.
A dos años de asumir la presidencia, los resultados de las PASO, reflejan el descontento por la deuda, el hambre, la pobreza y los marginados que creyeron poder esconder bajo la alfombra… Del mismo modo, y aunque la pandemia fue algo imprevisible e inesperado, los temas sensibles como el Vacunatorio VIP o la fiesta de cumpleaños de la primera dama han influido definitivamente en este resultado.
Ahora, la presión interna, principalmente por parte del nucleo duro del Kirchnerismo, es enorme y el presidente sabe que un cambio de ministros en este momento, si no causa el efecto deseado, podría significar un error garrafal de cara a las generales del 14 de noviembre. Dicen algunos funcionarios cercanos que Fernádez esperaba poder hacer anuncios sosteniendo a su equipo hasta después de las legislativas, pero probablemente el cambio de ministros sea inminente.
Los cuestionados son Martín Guzmán, al frente del Ministerio de Economía, Matías Kulfas titular de la cartera de producción y Santiago Caffiero como Jefe de Gabinete. ¿Cambiaría la realidad Argentina en tan sólo dos meses reemplazando estos nombres? ¿Los anuncios que se hagan podrán revertir el resultado de las PASO? Y aún lográndolo, en el actual contexto, ¿se podría generar empleo genuino, bajar la presión fiscal, elevar el poder adquisitivo, etc.?
Es un momento sumamente difícil para Alberto Fernández… quedan por delante dos años de mandato, un escenario que se presenta sumamente complejo, con la pandemia que aún no termina, en medio de presiones, incertidumbre y mucho malestar social… y el 14 de noviembre está demasiado cerca.
