por Marcelo Sicoff
Todos optaron por hacerse los distraídos, pero los números del INDEC oficializaron los datos: el porcentaje de pobres en el Gran Rosario es superior al total nacional en casi un punto porcentual, mientras que el de indigencia supera la media del total de aglomerados que mide en 2,8 puntos. En todo el país el 56% de los niños es pobre.
En nuestra ciudad el intendente sólo apareció para sacarse las fotos del Plan DetectAR Federal. Otra vez la misma música.
El Concejo sesionó el miércoles. Los Concejales Rosales y Catania presentaron el proyecto de ordenanza para crear el Programa de Compostaje Municipal. Graciela Bordón presentó un proyecto para realizar un puente peatonal en calle Formosa. Ferrero Datri solicitó la recolección de residuos en Camino Muerto y la aplicación de la ley Micaela en instituciones educativas.
Guillermo Da Ponte hizo lo propio con lo que venía anunciando sobre Costa Bouchard mientras que Javier Minetti realizó un pedido de informes al Ejecutivo local solicitando explicaciones sobre la situación en la que se encuentran el actual Secretario de Gestión y Control, Luciano Maglia (hijo del intendente ) y el subsecretario de Seguridad, Alejandro Franganillo.
Volvamos a la presentación del Plan DetectAR Federal: la interna del PJ local quedo en evidencia nuevamente. Distintos sectores se atribuyen la presencia de este plan en la ciudad. Sabemos que siempre previo a la configuración de listas aparecen estas “diferencias”. Luego todos unidos intentarán triunfar nuevamente. Lo cierto es que hoy la estructura del poder oficialista en Baigorria está parcelada.
Nadie más habló del desembarco de tropas en la ciudad ni de los operativos de saturación. Ya no se observa presencia policial en la ciudad.
En Baigorria desde el comienzo de la pandemia se percibe un total amateurismo en la clase dirigente. El problema no es sólo del Ejecutivo y del Legislativo. Es de gran parte de los dirigentes políticos de la ciudad. Se necesitará de todos para salir de una crisis que parece que todavía no mostró su peor cara Sin embargo el panorama es desolador. Gran parte de la clase política local insiste en sus viejas prácticas. El fuego amigo de varios comunicadores les hace creer que todo será igual.
Quieren ignorar lo que algunas encuestas a nivel nacional empiezan a mostrar: el “ninguno” aparece en tercer lugar cuando se pregunta a los ciudadanos a quién votarán en 2021. La credibilidad e imagen de los dirigentes locales no es superior a la nacional.
Pocos confían en dirigentes que plantean legislar sobre parapentes, reflotan viejos y cuestionados proyectos, se acuerdan de exenciones realizadas a emprendedores privados o quieren mostrarse distintos al oficialismo, meses antes de las elecciones.
Siguen con las mismas viejas mañas. La sociedad está cansada y ellos parece que no escuchan, no ven. Siguen jugando su partido. Algunos jóvenes rebeldes huelen a naftalina mientras aplauden como focas las sardinitas que le dan desde el poder.
La buena noticia es que aparecen nuevos actores sociales que trabajan con transparencia y no consideran que el dialogo, el disenso y la construcción colectiva tengan que rendirse ante la vieja rosca.
