por Marcelo Sicoff
Según el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP), cerca de 5 millones de personas viven en los 5687 barrios populares que existen en Argentina.
Un barrio popular es, según el Renabap, un conjunto de un mínimo de ocho familias agrupadas o contiguas en donde más de la mitad de la población no cuenta con título de propiedad del suelo ni acceso regular a al menos dos servicios básicos (agua corriente, red cloacal y/o energía eléctrica con medidor domiciliario).
En nuestra ciudad hay 9 barrios populares. Sus habitantes viven con sus derechos vulnerados. Vivir en un barrio popular en Granadero Baigorria significa no tener acceso a los servicios básicos y la falta de infraestructura.
Elizabet y Lorena, viven en el barrio Virgen del Rocío, un barrio de pescadores cuyo patio común es la playa que se mete en el Paraná. Enfrente de la isla de los mástiles. Al sur del camping municipal y al norte la bajada a Formosa.
En este barrio, según los datos del observatorio de barrios populares del Renabap, viven 30 familias. El barrio tiene algunas casas sobre el filo de la barranca en la avenida costanera. Y también al pie de la barranca, que es donde viven Lorena y Elizabeth. No es fácil llegar. Abajo, a la parte de abajo del barrio Virgen del Rocío, solo se puede acceder a través del río si te subís a un kayak, a una canoa, una lancha, una embarcación. O bajando por alguna de las pocas escaleras que se ven desde la calle. Si vos vas caminando por la avenida costanera, vas a ver que hay algunas puertas con rejas y detrás de esas puertas hay escaleras. Escaleras que son empinadas, son largas, resbaladizas. Son escaleras inseguras. Eso hace que el barrio viva con cierta independencia respecto al resto de la ciudad, pero también hace, como lo dice Elizabet en la nota, este es el barrio olvidado. “No somos el barrio Virgen del Rocío, somos el barrio olvidado”
Si vas caminando a lo largo de la única calle del barrio, vas a escuchar ladridos de los perros que andan libres y sueltos por allí, y también se oyen la risa de los chicos que andan corriendo jugando, disfrutando del espacio libre que tienen. Algunos se sientan sobre una canoa y andan ahí libremente como tienen que andar los niños.
¿Qué pasa cuando llueve?
Los chicos no pueden asistir a clases porque es imposible subir la escalera. La escalera común, que comparten 4 o 5 familias. Tampoco pueden ir por la costa, porque el tránsito peatonal está cerrado para proteger a las guarderías que tienen sus playas.
El barrio además, como cualquier comunidad produce basura. Pero tienen el impedimento que no cuentan con contenedores. Por lo tanto, tienen que organizarse y quemar los residuos en el en el propio barrio. Nadie en su sano juicio va a agarrar su bolsita con los residuos y subir una escalera empinada e insegura para ir a depositar la basura en algunos de los contenedores que van a encontrar por la avenida de la costa.
El barrio es un barrio olvidado por la gestión de Maglia y sus funcionarios
Lorena y Elizabet dicen que están cansados de que previo a cada elección, aparezcan funcionarios y dirigentes a prometerles cosas y después desaparecen. Al menos por 2 años.
Los vecinos del barrio no están pidiendo demasiado, están pidiendo contenedores de basura y un servicio de recolección de residuos. Nada más. Nada menos.
Un pescador que vive en el barrio sugiere que “cuando juntan la basura de puerto pirata podrían llevarla la del barrio.” Suena lógico. Simplemente deberían poner contenedores y al menos una vez a la semana, dos veces a la semana, el municipio debería hacerse cargo de la basura. Para que el barrio no tenga que quemarla en la misma playa.
En el barrio, las guarderías náuticas cortaron la libre circulación por la costa del río, impidiendo que los vecinos de Virgen del Rocío transiten libremente por la playa. Tampoco les permiten que utilicen las escaleras que tienen las guarderías. Estas guarderías que entre el barrio Virgen del Rocío y la bajada a Formosa son 3 o cuatro, no sabemos si pagan un canon o no. Y si pagan canon por usar el espacio público de todos los que vivimos en esta ciudad, no sabemos a qué se destinan esos fondos.
Sería importante y saludable, que los habitantes del barrio Virgen del Rocío tuvieran escaleras seguras. Escaleras seguras, para que en caso de un accidente pudieran acudir a los centros de salud. O simplemente para que los chicos, cuando llueva, puedan asistir a clases.
Están pidiendo acceso a servicios que hoy tienen de manera informal: agua y luz. Piden contenedores. Piden poder circular libremente por la playa y escaleras seguras.
El intendente Maglia y varios concejales que se llenan la boca hablando de progreso, sería bueno que se den una vueltita por el barrio Virgen del Rocío, pero que vayan a tomar cartas en el asunto.
