Indignados

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por Marcelo Sicoff

Stéphane Hessel fue un diplomático, escritor y militante político francés. Se hizo conocido mundialmente por su libro “¡Indignaos!” .Este libro tuvo su momento de gloria durante la navidad del 2010 y parte del año 2011. Especialmente en Francia y en España país donde surgió un colectivo social que se conoció en todo el mundo como “indignados”.

Ni el libro ni los indignados pedían cambiar el mundo, tampoco aspiraban a generar una revolución. Tan sólo era un berrinche de algunos integrantes de una parte del mundo que querían llamar la atención para después volver a seguir con su cómoda vida. Y eso es lo que sucedió.

En nuestra ciudad también tenemos nuestros indignados. Señores que viven del estado se indignan por lo que algunos ciudadanos pensamos y decimos de ellos.

Les indigna que alguien piense diferente y lo exprese, pero no les indigna el silencio eterno del jefe comunal. Les indigna el humo pero sólo el de la isla, no el humo de la cava de Costelo. No les indigna que como ellos no hacen nada los vecinos tuvieron que realizar una denuncia y esperar que intervenga un fiscal. Tampoco les indigna que pese a que la municipalidad puso custodia y un sereno el humo continua.

No resulta indignante ver que un revolucionario llegó al concejo para bajar la TGI y hoy comunica feliz una moratoria de dicha tasa. Tampoco es indignante que algunos concejales informen a través de su muro de Facebook que comenzaron a trabajar en comisiones, pero no informen día y horario en el que sesionan. Ni hablar de las comunicaciones de efemérides.

Esas cosas sí resultan vergonzosas y atentan contra la inteligencia del electorado. Lo mismo que el apuro de algunos por mostrarse activos porque próximamente tendrán que revalidar su banca. No tiene explicación que hoy aparezcan reclamando tibiamente una respuesta a algunos pedidos o que nos cuenten que participaron de alguna reunión. Llevan dos años de silencio. Levantando la mano y lejos de los vecinos. Ahora quieren sobreactuar. El destino es un bumeran. Espero que no se ofendan ni se indignen cuando vuelva.

Esta situación ha generado que vecinas y vecinos que si quieren modificar la realidad de la ciudad, hayan comenzado a trabajar juntos. Se empieza a construir en Granadero Baigorria una nueva alternativa. Una alternativa colectiva y posible. La posibilidad cierta de generar espacios libres, creativos, democráticos. Un espacio plural donde la disidencia genere creación y donde se permita pensar una ciudad a 10 años no para la próxima elección. Hay muchas y muchos vecinos comprometidos con el futuro de la ciudad. La hora de empezar llegó. Espero que eso no los indigne.


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